Reflexiones.

¿Hay algo mas sexy que fumar desnuda después de coger contemplando el placer? Yo creo que no.

Termina mi turno con Mr. Big y creo conveniente un buen baño de inmersión antes de que llegue mi próximo cliente.
No harta del sexo consigo intercambiar pareceres por teléfono con Abril diciéndole que entendía su amor propio, que lo quería, que la amaba pero no tanto como a una pija.
Vulgar, no sumisa, pretendo calentar a cuanto hombre me cruce por mi camino y si me paga muchísimo mejor.
Mi descanso es volver a trabajar, mientras estoy sola me siento vacía, vacía de hombres, de sexo, de todo.
Sales, jabón, espuma, mi cuerpo pidiendo otro tirado en la bañadera, vacío.
Me cojo, soy la única que sabe hacerlo, no hay hombre que me satisfaga mas que yo.
Amo cogerme, tocarme, acariciarme, soy todo eso que nunca va a poder ser nadie.
Sola enfrente a un espejo me miro, desnuda, me reconozco, me toco, me quiero, soy todo lo que quiero ser sin nada al lado.
En media hora llegaba mi próximo cliente, me cambio, sencillo, nada brusco. Es un nene no acostumbrada a ello, siempre prefiero atender a hombres mas grandes, pretendo ser lo mas cariñosa posible.
Llega, Federico, muy bonito por cierto, siempre me pregunto porque pagar por mi si puede tener a cuanta chica quiera. Eso.
No quería caer en rutinas porque estaba aburrida, pienso en que podemos hacer.
La cocina es un buen lugar para el sexo.
Lo llevo caminando, ya con la pija parada, esperándome. Lo siento en la mesada y comienzo a chupar, se estremece no paraba de repetir que nunca lo habían hecho tan bien. Voy a la mesa, me tiro en ella, lo hago ponerse arriba, su pija, mis tetas, turca. Acaba, quiero mas, quiere mas.
Tengo obsesiones y es ver a cuántos polvos llegan mis clientes antes de acabar yo. Ya iba 1.
Me prendo un cigarrillo,  me mira, me dice que el cigarrillo en mis uñas rojas que mas sexy que en cualquier otro.
Reincidimos, no hubo penetración, la quiere y la quiero yo.
Vamos a la habitación, me apreta contra la pared, con mas confianza, con brutalidad, (amo el sexo animal, lo saben) me golpeo, no me importa, me calienta mucho mas que la primera vez, quiero esa pija en mi, quiero que me coja pero tengo que disimularlo lo mejor posible.
Me tira en la cama, me pongo en 4, me la mete, gozo, gimo, entiendo que así es como quiero vivir, no me importa mas que ello.
Necesito esa pija casi para vivir, para disfrutar.
Me chupa con mucha dedicación que hasta casi puedo acabar, veo su cara de disfrute y me enloquezco.
Me caliento, me mojo mucho, no me quejo, me encanta, lo veo tan excitado que me hace excitar.
Le agarro la pija se la vuelvo a chupar, me vuelvo en 4 hago que me acabe en la espalda.
Sentir eso es irremediable.
Quiero acabar y creo que con él sin dildos, sin dedos, puedo. Lo intentamos.
Voy al living a mi sillón donde paso tardes enteras esperando respuestas a llamados.
Le digo que haga lo que quiera que tenga ganas pero que lo haga YA, ante mi impera acción, me pone en 4. Comienza despacio, suave, quiero mas, gimo, mis gritos, no de dolor sino de placer son lo mejor que tengo, mi mejor arma.
Se calienta de solo escucharme, me graba, necesita escucharme luego dice. Quiero que lo haga, no me molesta.
Según mi voz intento que siga, pero ya no por esa vía sino por la convencional.
Cada vez que tengo experiencias que me llenan entiendo que me gusta mas la pija que respirar.
Caliéntense conmigo como lo hago yo mientras escribo.
Piensen que son ustedes y que esa no soy yo.
Quiero acabar, quiero, ya no doy mas. Quiero que acabe conmigo.
Nos tiramos al piso, me da muy duro, demasiado, con tanta intensidad que logra un orgasmo de esos que no tengo muchas veces pero que finjo tantas otras.
Termino comprendiendo que la vida es eso y que se acaba cuando se está mas vivo, en una cama, en el piso, en un sillón, en una mesa, en donde sea, pero no hay sensación mas grata que acabar.
El que quiera decirme lo contrario, que trate de no hacerlo sin haber sentido otra cosa mas grata que estar vivo a la hora de coger.